Colectivo Panamera: «La vida es una fuente de inspiración preciosa»

Colectivo Panamera inicia su gira por Europa, tras cosechar gran éxito en la Sala Copérnico de Madrid

Eliminar cualquier tipo de pretensión y trabajo duro. Ese es el mantra de Colectivo Panamera que, dos semanas después de haber llenado la Copérnico, alza el vuelo hacia Europa. Y es que, por donde van, triunfan. Hacen bailar, cantar. Hacen que por unos instantes, te olvides de todo lo que sucede alrededor.

Eliminar cualquier tipo de pretensión y trabajo duro. Ese es el mantra de Colectivo Panamera que, dos semanas después de haber llenado la Copérnico, alza el vuelo hacia Europa. Y es que, por donde van, triunfan. Hacen bailar, cantar. Hacen que por unos instantes, te olvides de todo lo que sucede alrededor.

Pero antes de iniciarse por Bratislava y Viena, Nacho Taboada se sometió a nuestra entrevista.

¿Cómo comienza Colectivo Panamera?

Nos conocimos tocando en Madrid. Pepe tocaba conmigo en un proyecto personal. Pero un día nos dimos cuenta de que teníamos unas influencias comunes y estábamos mirando los dos hacia Latinoamérica. Así que fue una gran idea juntarnos.

¿Y por qué Colectivo Panamera?

Son todo dobles sentidos y juegos de palabras que nos gustaban. Colectivo significa muchas cosas. Por un lado, es autobús. También implica la colectividad de la banda. Y Panamera, aunque no existe como tal, tiene muchos significados. Aunque es una marca comercial, también engloba las letras de «panamericana», de «palmera». Todo evoca ese «tropicalismo» que tanto nos gusta.

¿Qué os inspira a la hora de componer?

La vida misma en realidad. Hay muchos momentos de la vida. Inspira mucho el amor, los viajes. Inspiran también las relaciones con los amigos. La vida es una fuente de inspiración enorme, preciosa y constante. Continuamente hay que estar abierto a interpretar las cosas que suceden en la vida, para poder transformarlas en canciones. Y una vez son canciones, dejan de ser tuyas para ser propiedad de los demás. Los temas adquieren vida propia y cada persona es libre de interpretar como quiera.

¿Por qué apostar por los ritmos latinos?

Ese es uno de los pilares fundamentales que Vanja, Pepe y yo compartimos. Pepe, por ejemplo, se crió en un lugar en el que en las cocinas de las casas, se bailaba mucho folclore latinoamericano. Y yo desde pequeño siempre he tenido mucha influencia familiar. No lo hicimos aposta, surgió de manera natural, en realidad. Tanto Pepe como yo ya habíamos experimentado con esta música y, en cierto modo, lo teníamos interiorizado. Fue muy fácil entendernos.

¿Y no es arriesgado hacer este tipo de música, estando en España?

Yo diría que, más que arriesgado, fue un acierto. Intuíamos que iba a funcionar y que la gente estaba predispuesta a escuchar cumbia y este tipo de estilos. Creíamos que estábamos en el momento adecuado, porque se estaban revitalizando los sonidos latinoamericanos. Además, nos sentimos muy cercanos e identificados con este tipo de música.

¿Cómo estáis viviendo todo el crecimiento de la banda?

Aún estamos flipando un poco por el concierto de Copérnico. Estamos muy contentos, pero a la vez, muy comprometidos. Estamos felices por lo que nos está pasando. Aunque éste es solo un primer paso, la primera toma de contacto. Parece que a la gente que gusta. De hecho, hay un movimiento de gente que nos ha felicitado por el disco. Esto no deja de ser un balón de oxígeno, pero el trabajo está todavía por hacer.

¿Cómo vivisteis ese concierto en Copérnico?

Fue la leche. No nos esperábamos tanta gente. En realidad, fue un flipe. Y fue muy emocionante oír cantar al público. Además, también fue muy emotiva la sensación que se formó encima del escenario y el cómo lo vivimos nosotros. Creo que lo pasamos muy bien.

¿Qué expectativas tenéis con este disco?

No creo que tengamos expectativas. Fernando Neira lo explicó muy bien y me sentí identificado con lo que dijo. Comentaba que éste era «un disco sin pretensiones». Y la realidad es que somos una banda de amigos sin pretensiones, que lo único que quiere es seguir tocando juntos muchos años. Al final, donde reforzamos nuestra amistad es el tocar juntos. Además, estamos todo el día trabajando con la música en el estudio. Ese es un poco el camino.

¿Cómo definiríais el disco en dos o tres palabras?

Sinceridad, buena vibra e ilusión. Y baile.

¿Por qué tardar tanto en materializar el disco?

Digamos que esta banda se ha cocinado a fuego lento. Hemos ido pasito a pasito, según se nos han planteado las oportunidades y la inspiración. Pero, en un momento dado, vimos que «Quiero mucho más» y «Un Río Que Se Va» tuvieron muy buena acogida. La gente quería más de la banda y ahí, tuvimos la necesidad y las ganas de hacer algo más. De materializar lo que somos en un disco físico. Dentro de la hoja de ruta de las bandas, éste era el primer paso. Además, nosotros tuvimos la suerte de poder probar las canciones en los directos, antes que en el disco.

¿Cómo afrontáis ahora la gira en el extranjero?

Pues con muchas ganas. Porque una de las cosas que más ilusión nos hace es poder viajar y conocer mundo, tocando. Para nosotros, esto es un regalo. Además, sabemos que allí hay un mercado importante y que hay gente a la que le gusta lo que hacemos.

Tras Bratislava y Viena, ¿cuáles son los siguientes pasos de Colectivo Panamera?

Vamos a seguir tocando por España y en mayo nos vamos a México.

¿Qué es lo más loco que habéis hecho por la música?

Creo que entregar nuestras vidas a la música. Porque es un sector complicado y con mucha competencia. Yo, por ejemplo, he dejado mis carreras de lado. Pero la llamada de la música fue más fuerte. Pero estoy muy orgulloso por ello.

También podría interesarte