De cómo el Low Festival 2024 se convirtió en nuestro refugio
Revivir esta edición es nuestro deporte favorito, seguimos pegados a los conciertos de Amaral, Suede, Pixies, Ginebras, Sienna, Sidonie, Delaporte y La La Love You, entre otros
Hay momentos en los que la vida te sacude y zarandea fuertemente, sacándote del potente letargo en el que se ha convertido el día a día. Demostrando que es posible entrar en un espacio nuevo en el que no existen los relojes, las prisas, la ansiedad o el trabajo. Un espacio nuevo en el que tan sólo existe la música. Bueno, y quizás un poco de calor. Pero, ¿qué puedes esperar de Benidorm en pleno verano? En definitiva, que termina por llegar el último fin de semana de julio y es imposible no querer pasarlo en el Low Festival. ¿Cómo íbamos a fallar si el año pasado ya lo dimos todo hasta el final? De ahí que no falláramos y que del viernes 26 al domingo 28 no saliéramos de la Ciudad Deportiva Guillermo Amor. Las ganas eran las mismas de siempre y, para nada, pensábamos en un futuro cercano (que nos regaló una buena dosis de COVID para que el post-festival fuera todavía más duro).
Así que, sí, aterrizamos el viernes a primera hora de la tarde, para dar el pistoletazo de salida con Ginebras en todo su esplendor, presentando todas y cada una de las canciones de su reciente álbum «¿Quién es Billie Max?». No fue tarea fácil abrir, pero no concebimos una mejor manera de hacerlo. Con ellas entramos rápido en la órbita del festival, que rápidamente nos puso a bailar con Amaral, encabezando y estrenando este escenario principal con todos sus grandes éxitos. ¿Cómo no caer rendidas ante la presencia y magnetismo de Eva?, ¿cómo no dejar de mirar fijamente a Juan, cerrando filas? Con el pulso acelerado, pero con unas ganas locas de descubrir el talento que tienen, no nos quisimos perder a Querido. Andrés, ¡ay, Andrés! Gracias infinitas por este abrazo cálido antes de asegurarnos la fiesta con unos incombustibles Sidonie que saltaron al escenario al grito de «Marc, Axel y Jes» (que es como se llama su último trabajo discográfico). Aunque para derroche de energía y electricidad, el que experimentamos con los Pixies al frente. ¿Cómo se mantiene ese nivel de adrenalina a lo largo del tiempo? Una pregunta que, semanas después, todavía retumba en nuestra cabeza. Quizás la carrera musical de los de Boston nos pilla un poco lejos, por edad, ¿eh? (que nos conocemos). Pero es que estando el recinto tan lleno de pequeños millenials, quizás lo hicimos mal. Nos deberíamos haber quedado en el instituto y en la graduación eterna que fue el concierto de La La Love You. Esa época festiva, repleta de emociones, de primeras veces y de amores (y desamores). Una fase, como cualquier otra en la vida, a la que pusimos el broche de oro con las increíbles y prometedoras Shego que, con sus letras afiladas y su sonido potente, nos ganaron por completo. Y, por supuesto, con Delaporte. Fiesta, mucho humo, canciones infinitas y mucho grito de «muerte al que no me reviente el suelo». Porque después de toda buena graduación, lo mejor es irse de rave techno. Y luego a dormir, no nos pasemos, que ya tenemos una edad.
Si hablábamos de lo complicado que es abrir el día bajo el sol abrasador de julio en el Levante, Shinova sí que lo tuvieron complicado el sábado. Sudando desde el primer instante, nos hicieron temblar y nos emocionaron a partes iguales con este emocionante viaje al centro de sus canciones. Y es que no hay nada como dejarse llevar por ellos. El mejor inicio de esta segunda jornada, a la que rápidamente insuflamos una buena dosis de energía con Suede. Míticos donde los haya, los británicos fueron un descubrimiento total para nosotros que, siendo de la última generación millenial, no llegamos a verlos brillar en su momento. Pero ya nos ha quedado un poco más claro por qué mueven tal legión de seguidores alrededor del mundo. Aunque si hablamos de un imprescindible para esta casa, no puede faltar nuestro queridísimo Sienna, quien también lo tiene todo para convertirse en uno de los favoritos del público. Si bien es cierto que en un registro bastante diferente al de los londinenses, pero con una verdad y un buen hacer detrás, que es más que suficiente. Hiptónico y cautivador, nos enamoró una vez más con su espectáculo. Pero para show performativo, los imparables Ojete Calor, a quienes queríamos ver nuevamente, para poder ir en paz. Las ganas de fiesta nunca faltan con ellos y es que, ¿cómo no? Si son los reyes del subno-pop contemporáneo.
Hemos de reconocer que de cara al último día, ya nos encontrábamos, mínimamente, bajo las garras del virus innombrable, por lo que no disfrutamos como nos gustaría. Pero siempre queda un poco de energía extra para quemar esos cartuchos festivaleros. Al menos, para empezar la tarde dándolo todo con una propuesta musical, que nos está ganando poco a poco: la de La Plazuela. Con ese toque tan del sur, pero con elementos muy actuales, los granadinos han logrado trascender su propio hit «Péiname Juana» y enamorarnos con ese sello tan suyo. Prendiendo la mecha para todo lo que se vendría después, fuimos directamente al concierto de Crystal Fighters, imprescindibles ya en todos los festivales de nuestro país. Nadie como ellos para poner esa nota de color, esa nota festiva y alegre. Y es que sus directos son una verdadera fiesta, un lugar en el que refugiarse, pase lo que pase fuera. Pero a todo ello, ¿quién mejor que Carlos Sadness para seguir con esta estela buenrollera y positiva? Imparable y alegre, el artista catalán nos llevó hasta Honolulu sin apenas salir del recinto y de Benidorm. Es ahí donde, precisamente, radica su esencia y potencial. Aunque para potencial el que derrochan Arde Bogotá. No tienen suficiente con «incendiar Cartago Nova», que hacen lo propio con cada ciudad que visitan, con cada lugar en el que actúan. Desde luego, el escenario principal vibró con ellos y con las canciones de su último álbum «Cowboys de la A3». ¡A las pruebas nos remitimos! El recinto estaba completamente lleno y, para nosotros, fue una manera espectacular de despedirnos de esta edición del Low Festival. Al menos hasta 2025.