El Music In The Garden nos atrapa con su magnetismo

Los pasados 11 y 12 de agosto, vibramos al son de Kakkmaddafakka, Dorian, Carlos Sadness, Siloé, Diagnóstico Binario y Gran Angular en los preciosos Jardines de Abril de Sant Joan d’Alacant

Éste ha sido, sin lugar a dudas, el verano de los festivales. Disfrutar de las vacaciones, volver a casa y disfrutar como nunca de los conciertos que nos brindan espacios como el Music In The Garden, organizado por el Festival Noches Mágicas. Dos noches preciosas en las que los Jardines de Abril de Sant Joan d’Alacant se convirtieron en hogar. Dos noches (la del 11 y 12 de agosto), que quedarán para siempre guardadas en nuestro recuerdo. ¡No pedimos más! Como si se tratatara de un oasis en medio del desierto, todos los rincones del recinto nos resultaron preciosos y perfectos para poder resguardarnos los entre concierto y concierto. Zona de restauración, espacios chill out, exposiciones y mucha música.

Lo cierto es que llegamos el viernes día 11 de agosto, justo para disfrutar del gran regreso de Gran Angular, después de un tiempo de silencio. ¿Qué mejor manera de hacerlo que en casa, en el lugar que consideran hogar? Un arranque emocionante donde los haya, más para nosotras que era la primera vez que los veíamos en directo. Potentes, eléctricos y dados a su público, los alicantinos dieron un repaso a todas sus composiciones: desde aquel iniciático álbum «Zigoto» (2020), hasta su último sencillo «Color» (2023). Además, dieron la gran sorpresa, al invitar a Adolfo Alba al escenario. Momento de reencuentro mágico, más sabiendo que el guitarrista se vio obligado a dejar la banda por motivos de salud. Así que había mucho que celebrar.

La noche iba in crescendo y los vallisotelanos Siloé fueron los siguientes en aparecer sobre el escenario. Acortando las distancias y arrancando de lleno desde la zona VIP – que los separaba por completo de su verdadero público -, Fito Robles dio comienzo en el más puro acústico. Un inicio de lo más especial e intimista, que fue yendo a más conforme avanzaba el directo. Otra cosa no, pero la evolución de la banda ha sido bestial con cada disco. Poco queda de aquella formación que debutó con «La Verdad» (2016) hasta ahora, que se han atrevido a juguetear con la electrónica en «Metrópolis» y «Metrópolis 2.0». Y es que aunque la esencia permanece, el crecimiento ha sido exponencial. Eso se aprecia en los directos y en cómo los recibe el público. Disfrutamos como nunca cada segundo y nos dejaron completamente exhaustas. El ánimo no decayó en ningún momento y nosotras, imparables, no dejamos de bailar. Aunque se sobrepasaran 20 minutos del horario marcado.

Eso sí, la emoción pura del viernes llegó cuando aparecieron Dorian. Montaña rusa de emociones con los catalanes, una de nuestras bandas favoritas del mundo. Cuando pensamos que no se pueden superar, de repente, llegan ellos y lo hacen. No han tenido suficiente con crear himnos como «La tormenta de arena», «A cualquier otra parte», «Los amigos que perdí», «Verte amanecer» o «La mañana herida» (el cual volvieron a tocar después de mucho tiempo), que aún encima, el pasado 2022 nos regalaron su último trabajo discográfico «Ritual». Nos sorprendió enormemente verlos tan felices, además de ver cómo Marc Gili y Lisandro Montes se van turnando cada vez más las voces. Y es que los dos forman una dupla de escándalo. Llorar de emoción y de felicidad es posible siempre que los tengamos delante. Nosotras salimos con una buena dosis de endorfinas del concierto y lo repetiríamos en bucle cien mil veces más. El mejor broche de oro de esta primera noche de festival.

Una primera jornada que no hubiéramos imaginado mejor, a la que siguió el sábado 12 de agosto con tres nuevos conciertos más de los que no nos hemos recuperado todavía. Una segunda jornada que se encargaron de abrir los alicantinos Diagnóstico Binario – apuesta local siempre -, con su potencia, energía, buen rollo y con todas y cada una de las canciones que conforman su imaginario sonoro. No pudimos ser más felices descubriéndolos y descubriendo los temas de sus dos álbumes «Gesto Perfecto» (2019) y el más reciente, «Miscelánea» (2023). Gracias a ellos, olvidamos por un momento el intenso calor que hacia en la terreta en este infernal mes de agosto. Un diez de diez para ellos.

Si seguimos con esta enorme sensación de buen rollo y alegría, no podemos olvidarnos de Carlos Sadness. Nuestro particular y tropical cowboy salió infundado con su vaquero largo, su chaqueta y su sombrero. Aunque tardó bien poco en ponerse fresco en esta tarde de extremo calor. Ya bien preparado para invocar a las perseidas en esta clásica época del año, no se dejó ninguna canción en el tintero. Desde la oportuna «Perseide» hasta sus himnos más míticos y reconocidos, como «Perreo Bonito», «Isla Morenita», «Aloha», «Te quiero un poco», «Ojitos lindos» o «Qué electricidad». Y es que vayamos donde vayamos, él es un imprescindible en cualquier fiesta. ¿Quién no va a querer contagiarse de esa energía tan bonita que desprende con su ser, su esencia y sus temas?

Eso sí, para grata sorpresa la que nos dieron los noruegos Kakkmaddafakka, a quienes no habíamos visto nunca antes. La felicidad y las ganas de bailar inundaron nuestro cuerpo nada más salir ellos al escenario. Y es que esto sí que es llevar la fiesta bien metida en el cuerpo. ¡Que levante la mano quien también lo diera todo, disfrutando de las canciones de su último álbum «Revelation» (2022)! Por algo llevan más de 15 años haciendo vibrar medio mundo con su talento y su buen hacer. Tan sólo pido a quien lo lea que, por favor, nos los programen más. Esto sí que es cerrar por todo lo alto un festival tan bonito como el Music In The Garden. Lo que tenemos más que claro es que el año que viene volveremos, seguro.

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