Chica Sobresalto nos regala una noche mágica en Barcelona

El pasado viernes 19 de mayo, Maialen Gurbindo aterrizó en la sala Razzmatazz 2 de la Ciudad Condal para presentar su último trabajo discográfico «Oráculo», una joya musical en toda regla

Hay artistas que nacen con chispa, con un aura especial y con una capacidad innata para conectar con la gente. Y Maialen Gurbindo es una de estas personas mágicas que con su música y con su talento, nos irradian luz y nos curan todas las penas. La conocimos bajo el sobrenombre de Chica Sobresalto y con esa capa de súper-heroína con la que es capaz de conseguir todo lo que se proponga. Musa, bruja, guía y fuente de inspiración, la pamplonesa acaba de regalarnos su tercer trabajo discográfico «Oráculo». Un álbum que presentó el pasado viernes 19 de mayo en la sala Razzmatazz 2 de Barcelona.

Concierto de diez y difícilmente superable. Tanto, que todavía estamos asimilando ese momento de felicidad, ese espacio de seguridad, «El hogar» que todos necesitábamos en esa noche de viernes en la que «La estrella» no dejó de brillar sobre el cielo de la Ciudad Condal. Completamente inmersos en el mood del álbum e invocando desde el inicio a todas y cada una de las deidades que conforman el proyecto musical de Chica Sobresalto, sentimos cómo una buena dosis de «Dopamina» nos inundó e invadió el cuerpo desde el mismo momento en el que Maialen, Gorka, Aritz, Txapa y Marta aparecieran puntuales sobre el escenario. Una sensación que no se marchó hasta que saliéramos por la puerta de Razzmatazz y que permaneció dentro de nosotros durante horas, durante días. Este es «El milagro» de la música, que cuando llega es imposible que se diluya, que desaparezca sin más. Tampoco queremos que lo haga. Porque el saber tocar la fibra con tu arte, con tus canciones y con tus letras, también forma parte de la «Selección natural». Es un don que se trabaja, pero con el que también se nace. De ahí que estuviéramos tan agradecidos de haber compartido aquel momento de paz y gloria con ella, con ellos.

En una de las citas más esperadas y especiales del mes, ni siquiera «La muerte (en Twitter)» podía impedir que estuviera llena de altos y bajos. Precisamente esta canción, fue una de las más emotivas del directo. Un directo también cargado de ironía y de diversión, en la que no faltó momento para recordar que «deberíamos permitirnos dejarnos en paz de vez en cuando», porque aviso a «Navegantes», a todos nos ha pasado alguna vez que no nos hemos soportado ni nosotros mismos, y no pasa nada por decirlo y tratar de normalizarlo. Efectivamente, no siempre podemos permanecer en pie y con la fuerza de «La torre». A veces nos desvanecemos y caemos, pero no hay nada más humano que eso.

Igual que tampoco hay nada más humano que el anhelo de ser libre sexualmente y tener momentos para hacer la mamarracha. Time to «Oxitocina» y liberar todas las hormonas posibles por todos los poros de nuestra piel. Todo sin sentir el yugo de los demás, sin pasar por «El juicio» al que estamos sometidos. Rompiendo todas las cadenas que nos atan y desprendiéndonos de toda la presión y «El desorden» que nos rodea. Deseando acabar con «La monogamia», queriendo hacer «El lío» y permitiéndonos el lujo de cometer alguna locura, aunque el mundo entero nos vea «Bailando raro» como si no hubiera un mañana. Lucidez que no queramos que vuelva, al menos hasta que no se haya efectuado al completo la «Fusión del núcleo».

Un directo que nos pareció maravilloso y único, un viaje emocional que podría haber sido infinito y que nos resultó mucho más que «Poquita cosa». En todo caso, poquita cosa nosotros porque nos falta mundo y vida para agradecerle a Chica Sobresalto todo lo que hace por la música, por la escena y por su público.

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