
Zahara nos regala el gran último asalto de «Puta» en directo
El pasado viernes 18 de noviembre, despedimos el último álbum de la artista ubetense en el Festival Mil·leni, que se celebrara en la Sala Razzmatazz de Barcelona
Nunca nos cansaremos de decir que lo de Zahara no es de este planeta. Casi no recordamos el momento en el que la descubrimos, pero de lo que sí que estamos seguras es de que nos enamoró con su voz, su templanza, su ternura y su determinación. Unos adjetivos que se han ido acrecentando con el paso de los años y que el pasado viernes 18 de noviembre adquirió una nueva dimensión en el Festival Mil·leni, que se celebraba en la Razzmatazz de Barcelona. Una sala en la que, abarrotada de gente, la artista recordaba que había actuado 14 años atrás, teloneando a Duffy.
Mucho han cambiado las tornas desde ese momento. Tanto, que el motivo que nos reunió el viernes en Razzmatazz era bien diferente. Y es que llegaba el momento de despedirse de su último álbum «Puta» y de todos los formatos que le han acompañado durante este año y medio de gira. Sin olvidarnos, por supuesto, de todos aquellos temas que forman parte del imaginario sonoro de la ubetense.
Puntuales como ellos solos y tal como anunciaron durante todo el día en redes sociales, arrancaron a las 9 de la noche por todo lo alto. Ya desde el inicio se respiraba un «flotante» ambiente festivo, ideal para recibir con todo nuestro amor a «Leñador y la Mujer América». Un comienzo potente que provocó «El Diluvio Universal» tanto dentro como fuera la de sala. Todavía no lo sabíamos, pero estábamos comenzando dos horas de auténtico viaje emocional a través de «canción de muerte y salvación», a través de «El fango». No nos faltaron ganas de cantar a viva voz «Pregúntale al polvo», aunque eso supisiera el inicio de «El Deshielo». Menos mal que ahí estaba también Martí Perarnau, para hacer las voces de «Guerra y paz» junto a la mismísima Zahara. Juntos nos llevaron «Donde habitan los monstruos», un lugar que se nos quedó clavado hasta la «médula».
Aunque para momento clave el de «Ramona», cuando las bailarinas María José Gómez y Olga Suárez saltaron al escenario para ponerle la banda de «Puta» a Zahara y alzar, en medio de la coreografía, dos carteles con la misma palabra escrita. «La hostia de Dios» se abría paso a continuación, inaugurando así una nueva fase en medio de este espectáculo en mayúsculas. Llegaba el momento del intimismo y el formato acústico. Llegaba el momento de que se hiciera el silencio con «negronis y martinis», «Sansa» y «Del invierno».
Frío gélido y piel de gallina con estas tres últimas canciones. Una sensación de lo más extraña, que duró lo que dura un suspiro. O hasta que llegó la locura y la rave con «Dolores» y «Taylor», que la artista andaluza remixeo con grandes hits de nuestra generación. Una verdadera fiesta que nos hizo estallar por completo con «Crash». En este momento, habríamos hecho lo que fuera por Zahara, como viajar «Camino a L.A» o cantar «Joker» como si no hubiera un mañana. Lamentablemente, sí que había un mañana, igual que había un fin de concierto. Tras cerca de dos hora de directo, tocaba despedirse pero de verdad. Pero no sin que sonaran antes «Merichane», «Hoy la bestia cena en casa» y «berlin U5» en la que salió, por sorpresa, Alizzz. Y es que después de haber colaborado juntos en «Reputa» y siendo él catalán, no esperábamos menos.
Sin duda, un fin de fiesta a la altura de lo que Zahara es y representa para todas nosotras. Para toda nuestra escena musical. Y es que si alguien se merece el título de reina es ella. Por ese ejercicio de honestidad y de sororidad que nos ha regalado.












