Tiene una de las voces más particulares de nuestro panorama musical. Una voz capaz de enquistarse en tu cabeza y en tu corazón y arraigar en ellos. Ya lo demostró con «La costa de los mosquitos», su último trabajo discográfico. Un álbum que ha catapultado a Travis Birds a lo más alto de nuestra escena, consiguiendo convertirse en una de las artistas que más expectación ha causado en nuestra escena. No es para menos. A nosotras, que le seguimos la pista desde la llegada de «Coyotes», no nos sorprende en absoluto este ascenso meteórico. De hecho, está más que merecido.
Ahora, poco más de un año después de este segundo álbum – puesto que su primero llegó en 2016 bajo el título de «Año X» -, Travis Birds se dispone a seguir presentando adelantos del que será su futuro e inminente disco, que verá la luz a principios de 2023. Todo ello, mientras sigue inmersa en la gira de despedida de «La costa de los mosquitos». Y es que tras sorprender a todo el mundo con sus dos primeros adelantos «Cada minuto» y «A veces sueño», la artista y compositora ha vuelto a hacer magia con «Mis Aires». Decimos lo de sorprender porque con cada canción nueva que nos presenta, la madrileña no deja de mostrar una nueva faceta suya. Y es que otra cosa no, pero en estos tres singles hemos comprobado cómo ha experimentado con nuevas sonoridades sin ningún tipo de miedo o de pudor. Para ello, ha sabido rodearse de los mejores. Mientras que en el primero ha estado Paco Salazar a la producción, en los dos segundos ha sido Tato Latorre quien ha tomado las riendas.
Por centrarnos concretamente en «Mis Aires», podemos asegurar que Travis ha bebido directamente de influencias como Camarón, presentado así paisajes sonoros selváticos y un ritmo cardíaco. Haciendo una particular oda al movimiento, la artista toma al viento como precursor y protagonista. Nos invita a salir a buscarnos y tomar al aire como aliado para dejar en él nuestras tormentas. Y con la naturaleza y la vida humana como base también, Travis ha aprovechado para representarla a través de los múltiples instrumentos que aparecen en este tema. La base de la guitarra está inspirada en el latido del corazón, y sobre esta se construye la base rítmica que la acompaña y rompe en el estribillo. Los trombones simbolizan el tormento y a la vez recuerda a cierta influencia balcánica que parece más presente en el nuevo trabajo de la compositora madrileña.
