Bailar al ritmo de «La Pasión», ser buenos testigos de cómo han evolucionado Royal Flash hasta convertirse en quienes son a día de hoy, disfrutar de esa esencia que tanto les caracteriza y permitirse el lujo de electrizarse en un concierto de los alcalaínos. Un cúmulo de sensaciones que venían de lejos, pero que han terminado por estallar con el nuevo trabajo discográfico de la banda. Un trabajo con el que han roto los moldes del rock, pero manteniendo esas guitarras y esos sintentizadores, esa energía a la que han sumado mágicamente ritmos latinos, surferos, disco y funk.
Una confluencia de sonidos que ha sido posible gracias también al trabajo de Edu Molina de Garlic Records, quien se ha encargado de la producción del primer disco en español de los Royal Flash. Una coctelera de sensaciones, que ha terminado por estallar, logrando que la banda madrileña bata las alas igual que lo ha hecho el majestuoso pavo real de la mismísima portada. No esperábamos menos de ellos, más sabiendo que habían dejado el listón muy altos con anteriores trabajos como «Hysteria» (2016), precisamente con el que los descubrimos. ¿Ha llovido mucho, verdad?
El resultado de «La Pasión» ha sido increíble. Con la pegada habitual y tras mucho tiempo cocinándolo a fuego lento (y con mucho amor), llegó hace algunas semanas este disco a nuestras vidas. Y lo ha hecho, además, con colaboraciones de escándalo. Como la de Maïa Vidal de Side Chick en «Dura y Salvaje» y y Marina Blanot de The Claims en «La culpa es del verano».
Sin duda alguna, es completamente cierto eso de que «la pasión que las personas ponen en lo que hacen dice mucho de ellas, al igual que este álbum dice mucho de Royal Flash». Pero si se trata de hablar y comentar, mejor que sean ellos mismos quienes nos den todos los detalles que rodean a este álbum y a la propia banda.