
El Low Festival o cómo vivir en un verano eterno
Todo lo bueno se hace esperar y es que tras negarnos en rotundo a abandonar la época de festivales, no vemos el momento de regresar a Benidorm en 2023
No hay mejor sensación que la de ser un viernes y ver que estás terminando tu jornada laboral; y en cuanto esta finalice pones rumbo hacia una de las ciudades que vio nacer el fenómeno del turismo en España: Benidorm para pasar uno de los mejores fines de semana de tu verano. Y esta sensación mejora exponencialmente cuando sabes que vas, junto a tu gente, tras dos años de «stand by» para volver a ese lugar que ha sido tu segunda casa verano tras verano: el LOW FESTIVAL.
Lo tienes todo listo, la pulsera recargada y el sol está ya a punto de empezar a caer; así que es momento de pedirse una cerveza para hidratarse en alguno de los puntos de venta antes de empezar la jornada del viernes de la mano de Nathy Peluso y Metronomy. Ello supone empezar dejando el listón muy alto, con paso firme y mezclando en este caso la electrónica en todo su espectro con los ritmos del salsa y rap con los que nos deleitó la cantante argentina. Cómo no va a saber la sirena del Low lo que hace si lo tiene más que aprendido: propiciar Efecto «WOW» desde un primer momento al espectador, siguiendo con lo mejorcito del panorama nacional e internacional: León Benavente, Sidonie, Joe Crepúsculo, ELYELLA, o incluso, cómo obviar la presencia del grupo estadounidense !!! (Chk Chk Chk).
Cuando pensábamos que habíamos visto todo, era turno del sábado. Nos mantenemos en ese nirvana musical que desde la organización del Low supieron brindar al público: White Lies, Editors, Amaia con su nuevo proyecto, La Habitación Roja, Carolina Durante; y por supuesto, los majestuosos Ojete Calor y Fangoria que, año tras año garantizan un rato totalmente divertido desde esa perspectiva costumbrista del Benidorm de los 70 a través de sus canciones e interactuando con el público.
Y finalmente, llegamos a ese punto final donde se aúnan dos sentimientos totalmente opuestos: la alegría y emoción con ganas de pasarlo mejor que nunca, y la propia nostalgia de que el Low va poniendo punto final a su evento anual.
Evidentemente, gana lo positivo, sobre todo, cuando ves que por un mismo escenario va a pasar Temples, Primal Scream, el fenómeno revelación Alizz e IZAL con su gira final. Y ahí viene la duda; pues el listón continúa igual de alto, al igual que esa duda continua de no saber si quedarte en ese escenario o ir a los otros dos, donde tienes la oportunidad de ver en plena acción a maravillas como Carlos Sadness, Delaporte, Mujeres o Rufus T. Firefly. Pero esto no puede acabar ahí, todavía queda poner broche final a toda esta experiencia; marcar un final a este «fin del mundo» tan Lower que supo brindarnos La La Love You desde el buen rollo y diversión que es capaz de aportar su música.
Pero sabemos que este no es el final, sino el principio de una nueva era. La pandemia de la COVID-19 supuso una ausencia de toda esta vida que es capaz de ofrecernos la cultura y el turismo, y que el ser humano ha visto que no es un capricho, sino un servicio de primera necesidad: Necesitamos perdernos en un festival, para así evadirnos junto a su música y su gente de la realidad; pues la música no deja de ser la droga más placentera que la vida es capaz de brindarnos. Yo ya tengo mi entrada para el LOW 2023, gracias a la preventa que se hizo hace un mes. ¿Y tú?