El Ebrovisión celebró el pasado sábado su fin de fiesta

Germán Salto, Enric Montefusco, La Habitación Roja, Rufus T Firefly, Ángel Stanich, Sidonie y Serial Killers pusieron el broche de oro de este vigésimo aniversario del emblemático festival

Hay festivales que tienen un aura mágica alrededor de ellos. Y el Ebrovisión es uno de ellos. Ya ayer lo comentábamos, pero es que es algo que jamás nos cansaremos de repetir. Más en esta edición, que han conseguido agotar todos los abonos sin desvelar un solo nombre de su cartel. Tiene mérito, especialmente en un año como 2022 en el que la oferta musical se ha disparado. Pero si ellos han conseguido lo que han conseguido, es porque insuflan una buena dosis de emoción y magia a todo lo que hacen. Las cosas como son.

De hecho, si la jornada del viernes día 2 fue una auténtica pasada, la del sábado 3 de septiembre siguió muy con esa línea. Desde la mañana y hasta bien entrada la madrugada, en Miranda de Ebro no dejó de sonar la música. Segundo asalto para nosotros, tercera jornada de festival que comenzamos en la emblemática Fábrica de Tornillos de la localidad burgalesa de la mano de Germán Salto y Enric Montefusco. Dos conciertos que nos cautivaron y engancharon a partes iguales, a la par que nos sirvieron de preparación para todo lo que se venía por la noche.

Bien entrada la tarde y con mil ganas de seguir celebrando, llegaba el momento de poner el broche de oro a esta edición del Ebrovisión. Como siempre, bien rodeados de música en vivo. No faltó absolutamente nada en una jornada increíble, en la que disfrutamos como enanos de los emblemáticos La Habitación Roja, que dedicaron «Un día perfecto» a los directores y organización del festival. De los psicodélicos, infalibles y talentosos Rufus T Firefly, que nos han enamorado con su último trabajo discográfico, «El largo mañana». Ángel Stanich con su particular sonido, su personalidad única capaz de cautivarte por segundos y su reciente álbum «Polvo de Battiato». Sidonie y esa capacidad innata para arrollar con todo y con todos, a base de himnos. Y, por supuesto, poniendo punto y final a la noche, no faltaron Serial Killers, que a golpe de batería y de DJ, pusieron del revés todo el recinto. Además, no faltó una buena celebración de cumpleaños, con su tarta gigante, con el «Cumpleaños Feliz» sonando y con un porró de chucherías repartidas entre el público.

Sin duda, no podíamos haber imagina un vigésimo aniversario mejor para el festival. Así que hoy, brindamos por otros veinte años más. Al menos como mínimo, porque no aceptamos menos. ¡Larga vida al Ebrovisión!

También podría interesarte