Y la Sala Apolo ardió con La Fúmiga y su «Espremedors»

El pasado viernes 31 de enero, La Fúmiga visitó la Sala Apolo, donde presentaron su recién estrenado primer álbum: «Espremedors» llega para quedarse

Hay conciertos que, desde el inicio, desde incluso antes de que empiecen, se plantean especiales. Los directos de La Fúmiga son el claro ejemplo de ello. Y es que los valencianos tienen un talento innato: por su música, pero sobre todo, por esa particular manera que tienen de respirar cada nota y de ver la vida. Verlos en directo siempre es sinónimo de fiesta: la fórmula perfecta para salir de la rutina y olvidarte, por un momento, de quién eres, dónde estás y qué es lo que te preocupaba cuando te despertaste. De ahí que el pasado viernes 31 de enero fuera un día tan especial. En medio de la gira de presentación de su nuevo álbum – su debut -, «Espremedors», los de Alzira tenían una parada más que obligatoria en la Sala Apolo de Barcelona. Y para allá que fuimos.

Aunque la gente se hizo de rogar, poco a poco, comenzó a llegar a la sala, a la espera de que los valencianos saltaran al escenario e inundaran todo el espacio con su magia. Y puntuales fueron: eran apenas las 21.30 horas cuando, luces apagadas, La Fúmiga salieron para arrancar con «Primera Conjugació», con la que comenzamos a arder. Un primer tema al que siguieron todos los de este trabajo: desde «La Ferida» hasta «Karrasketón», pasando por «Monstres i Gegants», «Espremedors», la mainstream y modernilla «Equilibrios Infinitos» o la incendiaria «El Preparat». Todo ello, sin olvidarnos de los dos grandes himnos de la banda: «Mediterrània» y «Cançó que Mai S’Acaba». Sin duda, la combustión estaba más que asegurada. Así y todo, el espáctulo no terminó, ni de lejos, con los temas que forman parte de este debut. Y es que los de Alzira tenían varios ases bajo la manga: como su espectacular y divertido remix entre «La Flama» y «Pobre Diabla». O ese particular homenaje a las grandes figuras de la música en valencià: Obrint Pas, Aspencat, La Gossa Sorda y Orxata Sound System. Homenaje que todos cantamos a pleno pulmón, como bien era de esperar. Igual que el culto que los valencianos hicieron a los maestros, rescatando y dando su particular carácter a «La Mestra», canción de ZOO.

Poco más de una hora duró el concierto, que se pasó como un verdadero suspiro. Lo cierto es que podríamos haber permanecido mucho más tiempo en ese bucle infinito de música y fiesta. Pero como todo, lo bueno acaba demasiado rápido y nosotros nos quedamos con ganas de más. Así y todo, queremos pensar que nuestro destino está más ligado de lo que ansiamos al de La Fúmiga: así que estamos más que seguros que nuestros caminos se volverán a cruzar muy pronto.

También podría interesarte