Hay conciertos que te llegan al alma, que te traspasan y te emocionan hasta llorar. Con Love Of Lesbian esa sensación es continuo. Y no solo porque sea mi grupos favorito, si no porque tienen esa gran capacidad. Quizás eso solo te lo da la experiencia y los 20 años de carrera. Este aniversario era demasiado especial como para perdérselo. Tres fechas en el Circo Price con invitados de honor: Leiva, Amaia, Arkano, Zahara y Rayden.
Con la emoción de quien ve de nuevo a su banda, llegamos al Teatro Circo Price casi a las 16.00 horas. Pensar que el foso nos esperaba durante los tres primeros temas, nos abrumaba. Pero todo pasó cuando, una vez allí, vimos como entre gritos, la banda atravesaba la sala y subía al escenario, para hacer compañía a Julián Saldarriaga. Los primeros acordes de «Carta a todas tus catástrofes» empezaron a sonar y el público ovacionó. El espectáculo estaba servido.
Era sábado 30 de junio. Por la tarde. En más de una ocasión, Santi Balmes estuvo tentado a decir: «Buenas noches, Madrid». Pero no. Ese concierto era único y especial. Entre risas, el vocalista recordaba cómo durante sus primeros años de carrera, tocaron en más de un festival a esas horas. ¡Y mira dos décadas después! Entre «Maniobras de escapismo», eludió cualquier tipo de réplica. Juntos, fueron capaces de convertir las «Noches Reversibles» en tardes. Todo en el preciso momento. Todo «Cuando no me ves».
En realidad, estábamos a la expectativa de que las grandes sorpresas fueran apareciendo una a una. La primera de ellas fue el músico David Soler, con «Domingo Astromántico» y «Música de Ascensores». Entonces sí. El momento se tornó más mágico, cuando a mitad de «Universos Infinitos», apareció de la nada el gran Arkano para dejarnos anonadados con su rap. Aplausos, gritos y ovación.
Cambiamos de tornas. Cambiamos «el poblado de modernidad» en el que se transformó Barcelona, por la ciudad de Madrid. Llegaba el gran momento de «Contraespionaje», uno de los temas más reconocidos de este último trabajo. Uno de los que más directamente llegan al corazón. Y llegó con la clara intención de transformar ese día en «La noche eterna». Una noche en la que experimenté, sin lugar a dudas, «Mi primera combustión». Demasiada emoción acumulada, demasiadas lágrimas contenidas. Lágrimas que explotaron y llegaron a su nivel más alto, cuando Amaia Romero hizo aparición sobre el escenario. ¿Su lugar? El piano. ¿Su canción? «Allí donde solíamos gritar». Emociones que siguieron su transcurso cuando, después de esta mágica colaboración, llegó «1999».
Menos mal que, rápidamente, nos transportaron a la mismísima «Belice». Aunque el gran momento, el gran «Manifiesto Delirista», llegó cuando Leiva apareció nuevamente en el teatro. Y es que justo decidió repetir en el aniversario de Love Of Lesbian, la noche anterior, en torno a las 3 de la madrugada.
Todavía quedaban himnos por cantar. Símbolo de ello, fue «Club de Fans de John Boy». Un momento realmente «fantástico» que, evidentemente, dio paso a «Los Toros de la Wii». Parecía que todo había acabado de esta gran manera. Pero no. Porque al grito de «otra», los catalanes re-aparecieron en el escenario. Era el turno de «Incendios de Nieve y Calor». Unos incendios que nos hicieron escondernos temporalmente «Bajo el Volcán». Por fortuna, el «Planeador» llegó en el momento más inoportuno, para rescatarnos de esa caótica situación. Lo único negativo es que no habríamos salido jamás de ese «segundo asalto». Me habría quedado a vivir en un concierto continuo de Love Of Lesbian.