The Morgans regresan a escena con su meteórico «Like A Queen»

«Like a Queen» es su gran regreso, su gran golpe en la mesa. The Morgans vuelven, manteniendo su esencia, pero experimentando como nunca con la electrónica y los sintes. Llegan sin hacer ruido, pero prometen ir escalando. Y consiguiendo pequeños hitos. Son jóvenes, prometedores, tienen talento e ideas muy claras.

«Like a Queen» es su gran regreso, su gran golpe en la mesa. The Morgans vuelven, manteniendo su esencia, pero experimentando como nunca con la electrónica y los sintes. Llegan sin hacer ruido, pero prometen ir escalando. Y consiguiendo pequeños hitos. Son jóvenes, prometedores, tienen talento y las ideas muy claras.

Por empezar, ¿cómo nace el concepto de «Like a Queen»?

El concepto de «Like a Queen» surge tras encender la tele y ver el conocido autobús naranja. Ahí nace la semilla en nuestra cabeza. Entre eso y todo lo que ha rodeado el país, las protestas y las manifestaciones, queríamos tener un gesto con todas esas causas. «Like a Queen» refleja muy guay todo eso, lo que hemos conseguido y lo que queda por conseguir. Este disco contextualiza un poco todo lo que ha pasado en España en estos años.

De ahí también que el disco rompa moldes, ¿no?

Claro, claro. Buscamos precisamente esa tensión, la de reventar lo establecido. Es nuestro pequeño gesto.

¿Cómo fue el trabajo de pre-producción con Carlos Hernández?

Muy guay, la verdad. Teníamos unas 18 canciones por grabar, pero no nos poníamos de acuerdo a la hora de elegir las canciones. Así que decidimos contar con la opinión de alguien pro, que nos limpiara los temas y nos ayudarla a maquearlos. De esta forma, llegábamos al estudio ya con todo hecho.

Así que le llamamos, nos dijo que encantado de trabajar con nosotros y se vino un fin de semana a Ponferrada. Previamente, le habíamos pasado las demos. Entonces, nos dijo: «Tenéis que grabar estas canciones». Tenemos que reconocer que hubo un momento de drama y crisis [risas]. Pero al final, es la palabra de un profesional. Pasamos todo el fin de semana limpiando las canciones y muy guay con él.

Hablabais del proceso «drama» de despedirse de las canciones. ¿Cómo es dicho proceso?

Cuando le decimos a la gente que hemos hecho una pre-producción y que ha venido una persona a coger nuestros temas y cambiarlos, nos dicen que ellos no podrían hacerlo. Nuestra respuesta siempre es: ¿y qué le vamos a decir nosotros a Carlos Hernández o Paco Loco, que nuestra idea es mejor? Esa gente ha grabado mil discos. Así que te quitas ese ego y asumes que la otra persona tiene más criterio que tú y que tus compañeros.

¿Coincidisteis en algún tema con Carlos Hernández?

Sí, hubo alguno. Por ejemplo en «Like a Queen», que desde el principio tenía papeletas para convertirse en el single. Todos la veíamos dentro del disco. Sin embargo, había otras canciones que no veíamos dentro ni de coña. Nos dolió especialmente un tema que queríamos ver y al final, no pudo ser. Pero entendimos la opinión del profesional.

Igualmente esos temas no los descartan, ¿no?, ¿los dejan para un disco posterior?

Pues nos gustaría darle una vuelta a ese tema y meterlo en un disco posterior. Porque es una canción que nos gusta mucho. Y así con el resto de canciones descartadas. Probablemente, con el próximo disco escuchemos las demos antiguas y rescatemos esas ideas iniciales. Al final todo es cuestión de madurez. Quizás en estos momentos no estamos preparados para publicar X tema, pero luego pasa el tiempo y sí.

Respecto al trabajo con Paco Loco, ¿cómo fue?

Paco Loco es un genio. Y hace honor a su nombre, porque está loquísimo. Pero loco nivel leyenda. Es decir, llegas allí y dices, ¿este tío de dónde ha salido? Porque no deja de vacilarte desde el minuto 1. Aunque en realidad, lee súper bien a toda la gente, sabe con quién hacer la broma y con quién no. Al final, con todo eso, consigue que te sientas mucho más cómodo, porque te quita presión. Luego, a nivel profesional es genial. Escucha una canción y ya sabe por dónde quieres ir. Creemos que la tiene montada en la cabeza desde el principio. Es un bomba.

Además, el ambiente donde tiene su estudio de grabación, es genial. Tiene una casa enorme en Cádiz, con piscina y todo. Eso te quita también tensión. Porque te saturas, paras, te tiras a la piscina y luego vuelves al trabajo. Es una pasada.

A propósito de «Like a Queen», ¿por qué publicarla como primer single?

Nuestro disco, de por sí, suena muy british. Entonces, a la hora de publicar single, nos preguntamos: ¿qué canción sacamos? Nuestro palo, la misma carta de siempre: estribillos potentes, estrofas guays, con el típico sonido británico rollo Coldplay. O damos un golpe en la mesa y publicamos esta, que es más electrónica, más bailable y festivalera. Al final, tras hablarlo en el local, descartamos la idea de hacer lo mismo de siempre. Y mostramos «Like a Queen», por ver cómo reaccionaba la gente. Vimos el tema muy alegre. La típica canción que te da un «beat» en el cuerpo. Además, entra muy bien al oído.

¿Y no les preocupaba que fuera demasiado distinto a lo que habían hecho antes?

No, realmente no, porque tampoco es que estemos haciendo algo tan distinto. Es decir, no es que ahora de repente hagamos música electrónica. Es que, de un disco de once canciones, muchas de ellas siguen la dinámica del disco anterior. Pero hay otras que coquetean un poco con el mundo de la electrónica, que es súper amplio. La música electrónica te permite crear unas atmósferas geniales. Mola mucho porque es infinita. ¿Quieres campanas o el sonido de la brisa del mar? Pues te las da. Además, Pablo [teclista] experimentó mucho con los sintes, con muchos teclados y le dimos como cancha libre. Todo eso lo combinábamos con las líneas de voz y con las guitarras y quedaba muy guay. Así que, es cierto que en este disco dimos prioridad a los sintetizadores.

La semilla de todo esto está en una canción del EP anterior. Había un estribillo en el que los sintes tenían mucha relevancia. En ese momento, nos dimos cuenta de que nos gustaba como quedaba. Y ahí empezó todo.

¿Conocéis a Penny Necklace? Justo por el estilo de música que hablamos, encaja.

Sí, sí que la seguimos. De hecho, también le produjo el disco Víctor Cabezuelo, de Rufus T Firefly. Mucho talento hay en Madrid. Y en España en general. Lo que pasa es que, muchas veces, no lo valoramos lo suficiente.

Creemos que es la percepción que se tiene en España sobre la música y el arte.

Sí, sí, total. En nuestro barrio, por ejemplo, es prácticamente imposible que alguien pague por un disco o por iTunes. Mejor YouTube o Spotify, que son gratis. La gente concibe ir al cine y pagar una entrada, pero no concibe ir a un concierto y comprar música allí. Es una movida. Encima la gente va a los conciertos y se pone a hablar. Que están en su derecho, pero llega un punto en el que molestas a la gente. Y tienes que aprender a estar en los sitios.

Lo bueno es que, al final, la calidad termina triunfando. Como el caso de las Hinds, que es particular, porque tienen giras mundiales. Se han recorrido EEUU, Malasia, Singapur, Europa. Nosotros lo vemos como un ejemplo a seguir. Nosotros podemos ser los siguientes en hacer giras de este tipo.

¿Cómo afrontáis el concierto en Moby Dick?

Pues con muchas ganas y mucha responsabilidad. Hay que hacer un gran bolo, porque es Madrid, la Moby y encima es un concierto solidario. El directo es para recaudar fondos para los niños desfavorecidos. Tiene que salir bien pero también hay que disfrutarlo y pasarlo bien. La dos o tres primeras canciones estás más nervioso, pero luego te relajas.

¿Cuáles son los siguientes pasos de The Morgans?

Pues tenemos otra fecha cerca de Ponferrada, el 6 de julio, en un pueblo que se llama Cubillos. Vamos a telonear a Sidonie, un grupo que nos encanta. El 27 de julio, tenemos en Fabero. En septiembre, tenemos bolo grande en nuestra ciudad, Ponferrada. Además de algunos festivales que todavía no podemos desvelar. También estamos cerrando otras fechas por el sur y por Valencia. Ya iremos anunciando poco a poco.

¿Qué es lo más loco que habéis hecho por la música?

Tocar en varias ciudades y tener que volver a las tantas a casa, porque a la mañana siguiente trabajábamos.

Aunque recordamos un momento especialmente loco. No sabemos si esto lo podemos contar, pero bueno. Acabábamos de salir de un bolo por Galicia. Y había un coche, un 600, que estaba bloqueando la salida de un párking. Entonces vimos a varias personas de nuestro equipo moverlo a pulso, sacar el nuestro y volver a colocarlo en su sitio. Luego llegó el dueño, se puso a mirar como diciendo: «veo algo diferente aquí».

Esta es la playlist de The Morgans

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