Con su particular estilo entre el pop, el rock y el folk, Éclaire se encuentra en plena gira de despedida de su álbum debut, «Meow». Una despedida que culminará el próximo 29 de abril en la Sala Siroco de Madrid. ¿Estáis preparados para la revolución Éclaire?
¿Cómo nace el concepto de «Meow»?
Nacho y yo [Clara] llevamos tocando juntos 5 años, desde el día que nos conocimos. Siempre hemos tocado en acústico, nos hemos recorrido todas las salas los dos. Hasta que entró en la formación nuestro bajista, Sergio Fernández. Con él, descubrimos que nuestros temas también podían funcionar en formato banda, no solo acústico. Así que empezamos a trabajar en los temas que ya teníamos hechos, llamamos además a amigos y artistas «que te cagas», como Vicente Hervás (batería), Javi Rubio (guitarra eléctrica) y a Rubén García Motos (teclista). Nos pusimos manos a la obra y estuvimos dos meses grabando.
¿Cómo fue ese salto del acústico al eléctrico?
Por un lado, fue muy emocionante. Llevábamos como cinco años tocando en acústico y, de repente, escucharlos en eléctrico…la verdad, es que nos motivó bastante.
En el proyecto de Éclaire, ¿qué pesan más: las melodías o las letras?
Las dos, siempre. Las letras son esenciales. Hay melodías preciosas, pero si estás contando algo, tienes que contarlo bien, con todo lo que conlleva. ¿La melodía? Por supuesto también es importante, estamos hablando de música. Aunque a título personal, si nos quedáramos con algo, sería con la letra porque conllevan un trabajo añadido.
¿Cómo definiríais este disco tan dispar, en dos o tres palabras?
Ostras, qué tarea [risas]. Qué pregunta más complicada. Los temas suelen ser muy viscerales, porque cuentan historias corrientes con las que nos podemos sentir identificados todos. Así que, utilizaríamos estos tres adjetivos para describir nuestras canciones: buenas, sentidas y optimistas.
¿«Meow» está cumpliendo con vuestras expectativas?
La verdad es que sí. Nuestra principal expectativa cuando publicamos el disco, era hacer que sonara y llevarlo al máximo número de salas posibles. Y creemos que lo hemos conseguido. Desde que lo lanzamos en 2016, hemos defendido todos los temas en todos los formatos y muchos lugares de España. Y el 29 de abril, nos despedimos de él en la Sala Siroco.
¿Cómo afrontáis este fin de gira?
La verdad es que bien. Estamos motivados y con ganas de conocer el nuevo disco. Este álbum nos ha aportado mucho y, bueno siempre hay algo de tristeza. Pero bueno, siempre hemos sido de ir poco a poco con nuestros objetivos. Y con «Meow» hemos llegado a los Conciertos de Radio 3 y, ¡jamás nos lo hubiéramos imaginado!
¿Y cuáles son los siguientes pasos de Éclaire, tras el concierto del 29 de abril?
El 29 de abril, nos despedimos de «Meow», pero no nos despedimos de los escenarios. El 31 de mayo, tocamos en El Perro de la Parte de Atrás del Coche, con Burt Byler. Aparte, en acústico, recorreremos cinco tiendas FNAC de Madrid y Asturias. Y, a partir de ahí, nuestro plan es ponernos a trabajar en el segundo disco.
Precisamente, la siguiente pregunta era ¿cuándo podremos escuchar nuevo material de Éclaire?
Temas nuevos ya están sonando. En prácticamente en todos los conciertos tocamos una canción o dos, que seguramente terminen en el segundo disco. Aunque el 29 de abril, seguramente toquemos algún tema nuevo más. Será una mezcla de ambos trabajos.
A modo de curiosidad y para cerrar, ¿cuál ha sido la cosa más loca que habéis hecho por la música?
¿Qué hemos hecho nosotros? Me da que no somos divertidos [risas]. Una de las cosas más locas que hicimos, fue tocar en el Paseo de la Castellana para la Cadena SER, sin haber ensayado juntos antes. Y con tres músicos con los que no habíamos tocado nunca.
¿Y cómo salió aquello?
Pues salió bien. Pero no hay registros de eso [risas]. Nos llamaron como una semana antes y, probablemente, porque se les caería una banda. Eso fue lo más loco que hemos hecho. Y tocar en una boda, en un patio al aire libre y sin amplificar, durante tres horas.