Directos desde Sevilla, llegaron el fin de semana pasado Bittersweet, para incendiar la Sala Maravillas de Madrid. Con esa mezcla agridulce, pero con su potencia y fuerza, presentaron en la capital su trabajo más reciente, «Bittersweet».
¿Cómo acaba Bittersweet en la música?
En un primer momento, nació de la mano de Fran y yo [Álex]. Siempre habíamos estado muy activos en otros proyectos, pero nunca habían sido nuestras al 100%. Así que comenzamos a juntar las canciones que ambos teníamos, por ver qué pasaba. Pero al final todo fue guay y decidimos grabar nuestro primer EP. Ahí ya entraron José Ángel y Nico, y creamos la banda.
¿Por qué Bittersweet?
Pues al principio, íbamos casi sin nombre. Pero la movida es que surgió Bittersweet y, aunque al principio no tenía mucha lógica, tiene sentido. La traducción del inglés es agridulce. Así que con este nombre, queremos reflejar un poco esas dos partes que éramos inicialmente, a la hora de componer. Había dos caras contrarias, que se complementaban. Y ahora con este disco tiene más sentido, porque hay partes más oscuras, pero siempre en contraposición de la luz. Igual que hay letras oscuras, con atmósferas muy luminosas; también hay letras más claras, con ambientes más tétricos. Nos gusta jugar con esa dualidad, con ese contraste.
¿Y cómo nace el concepto de este disco?
Con el anterior EP, la verdad es que rodamos y tocamos mucho. Así que siempre andábamos con las ganas de componer y seguir creciendo. Estábamos ansiosos por hacer tema. El proceso de composición también fue muy natural: siempre empezamos por separado y acabamos juntándonos y dándole una vuelta a las canciones. Sí que estuvimos unos meses sin una idea clara de disco. Hasta que no nos juntamos y vimos de manera clara el concepto, no nos lanzamos.
¿Qué dos o tres palabras sintetizan el disco?
Es oscuro y luminoso. También es arriesgado.
¿Y cuál es la canción que resuma el concepto?
«Golpe final». Porque tiene su estribillo, también tiene mucha psicodelia, mucho instrumental. Tiene luz y oscuridad. Además, fue la primera que compusimos. Es la declaración de intenciones.
¿Cómo fue grabar con Rams y Martí en los Estudios Reno?
Fue increíble, porque son dos personas a las que admiramos mucho. Es como estar en una «masterclass» musical todo el rato. Fueron capaces de sacar el máximo de nosotros mismos, han podido exprimirnos. Además de aportar su conocimiento, obviamente. Han sido nuestros elementos catalizadores, porque nos han ayudado a llegar a nosotros mismos a las conclusiones. Y, al final, meten su magia.
¿Por qué «Demasiada Gente» como segundo avance de este disco?
Casualmente, cayeron las tres primeras canciones como las primeras que queríamos publicar como avances: «Golpe Final», «Demasiada Gente» y «No Soy Yo».
«Demasiada Gente», dentro de la oscuridad del disco, es la canción más fácil. Pero el mensaje, que es muy importante, llega antes. Cuando salio como single, funcionó muy bien. Y a nivel audiovisual, entra bien y da mucho juego. De hecho, ha funcionado bastante bien entre el público.
Tras la presentación en Madrid, ¿cuáles son los siguientes pasos de Bittersweet?
Están todavía por determinar. Ahora mismo, la idea era hacer dos puestas de largo únicas (Sevilla y Madrid), por ponernos a prueba nosotros y subirnos de nuevo al escenario. Y la idea después, es darle un respiro en verano y darle el apretón en el otoño. Mientras tanto, publicaremos el tercer single.
¿Qué es lo más loco que Bittersweet ha hecho por la música?
La manera que tuvimos de pagar el segundo EP, pero no lo podemos contar [risas]. Luego, también hay bastante locura en que nos fuimos a tocar a Vigo, a Ribadeo y a Pontevedra. En plan, a ver qué pasaba. Otra vez, nos quedamos en Jaén tirados, sin dinero y sin gasolina.