Denea en corto: o cómo evolucionar a un ritmo vertiginoso

Denea es la típica banda que gana. Que gana cuando los ves en directo. Pero que ganan, sobre todo, cuando los tienes cara a cara hablando. Cuando los tienes en corto. Con su «8 Rojo», comenzaron a despuntar. Pero es que con su «Denea en corto» están empezando a brillar.

Denea es la típica banda que gana. Que gana cuando los ves en directo. Pero que ganan, sobre todo, cuando los tienes cara a cara hablando. Cuando los tienes en corto. Con su «8 Rojo», comenzaron a despuntar. Pero es que con su «Denea en corto» están empezando a brillar.

«8 Rojo» lleva rodando casi un año. ¿Cómo ha sido la acogida?, ¿ha cumplido vuestras expectativas?

La acogida fue genial. De hecho, el primer concierto en Madrid fue increíble, porque fue la primera vez que vimos a alguien cantar los temas. Las expectativas se han ido cumpliendo y no solo eso, también estamos continuamente aprendiendo. Todo eso hace que sigamos evolucionando y creyendo en el proyecto.

¿Y de qué manera habéis evolucionado, desde aquel primer concierto en La Palma?

Como de la noche al día. Ha sido un triple crecimiento: personal, profesional y como grupo. Hemos aprendido a organizarnos, a cómo sacar las cosas de la manera más eficiente y también hemos descubierto todas las cosas que se tienen que hacer en una banda. Además, tenemos mucha más confianza en nosotros mismos, no nos asusta dar un concierto mañana mismo. Hemos madurado y tenemos las prioridades muy claras.

Tras publicar «8 Rojo» y haber girado en eléctrico, os lanzasteis al acústico con «Denea en corto». ¿Cómo surge este proyecto?

La idea inicial del «Denea en corto», era ir súper en acústico, como en las Basik Sessions. Después lo consultamos con nuestro productor, Alberto Martín, y le encantó la idea, pero nos dio otra perspectiva. Empezamos a sumar cosas y nos preparamos el «stage» como si fuera un eléctrico.

El cambio de formato tiene muy buena acogida y nos está permitiendo llegar a gente que no nos conocería de otra forma. Vamos a sitios más reducidos, con entrada gratuita. Por el lugar, no tenemos problemas: tú danos un espacio y tocamos [risas].

Ahora que habéis probado ambos formatos, ¿qué preferís: acústico o eléctrico?

Eze: Eléctrico.

Borja: Yo, depende. Ahora tengo muchas ganas de eléctrico, porque hace mucho tiempo que no hacemos uno. Además, con el eléctrico, descargas mucha más energía y adrenalina. Y en un «Denea en corto», no descargas tanto, porque sabes que como te pases de frenada, se nota. Pero los dos tienen su magia. Al final, todo se basa en saber diferenciarse del resto de bandas, haciendo algo distinto. Pero sin perder la calidad.

Irene: Yo, después de la chapa de Borja, me quedo con el «Denea en corto» [risas].

Habláis de diferenciaros del resto de bandas. Así que, ¿qué diferencia a Denea de otros grupos?

Somos mucho más feos que el resto de los grupos y la gente podría venir a comprobarlo a todos los directos [risas]. No, a ver, en lo musical no es que nos diferencie algo en concreto. Nosotros intentamos ser auténticos y sinceros en todo lo que hacemos. Habrá gente a la que le guste, y gente a la que no.

Hay cierto simbolismo en todo lo que hacéis. Desde el propio nombre de Denea, hasta el mismísimo «8 Rojo». ¿Qué será lo próximo?

Borja: A ver qué idiotez me sale [risas]. Lo próximo van a ser dos EPs. Uno grabado en directo, desde Lavalab; y otro desde una azotea. Se van a llamar igual, «8 Rojo».

Eze: En cuanto al por qué de grabar en directo, tres canciones en acústico y tres en eléctrico, es porque queremos que haya una representación física de lo que hacemos en directo. Esto es lo que somos y así sonamos.

Borja: Después de eso sí que queremos sacar algún single. Aunque no sabemos qué simbolismo tendrá [risas].

La última vez que hablamos, comentabais que en lo que respecta a las letras, tenéis una vertiente muy Edgar Allan Poe y Bécquer. ¿Por qué ese romanticismo en ellas?

Borja: A mi siempre me ha apasionado el romanticismo. «Rimas y leyendas» de Bécquer, me parece brutal. Igual que los relatos misteriosos de Edgar Allan Poe. Y la influencia en las letras, era porque veníamos de un Denea más así, más oscuro. No sabemos si en el Denea que viene ahora, ese mundo tendrá tanta representación. Quizás sí que tenga algo, porque lo llevamos un poco dentro.

Pero bueno, las letras no dejan de ser literatura. Y en nuestro caso, no nos gusta ser explícitos con ellas.

¿Habrá más luz en las próximas canciones?

¿Más luz como «La Luz»? [risas]. Es posible. Tenemos cositas nuevas que, inevitablemente, comparamos con los anteriores temas. Y hay uno que podría cuadrar. Que después llegará a Lalavalab y Alberto lo cambiará entero [risas].

Ahora mismo estamos componiendo y, aunque no sabemos lo que pasará en el futuro, tenemos ganas de que pase, sea lo que sea. Sí que nos gustaría salirnos un poco del «8 Rojo». Nos gusta jugar y experimentar, para volver siempre hay tiempo.

Para acabar: ¿qué música de otros artistas suena en el «8 Rojo»?

Borja: Yo estoy escuchando mucho a Rosalía.

Irene: A mí me encanta Vetusta Morla. Aunque últimamente, me estoy aficionando también a Taiacore.

Eze: Penny Necklace, ya que la descubrí hace poco gracias a Borja.

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